Los mercados, más atractivos que nunca
A finales de agosto, el presidente de la FED, Jerome Powell, desvelaba que la prioridad de la Reserva Federal era el empleo, abriendo la vía a que la inflación superarse el 2%. No lo decía claramente, pero de manera generalizada se entendió que mantendría la política de tipos de interés bajos durante un tiempo.
Al tiempo, vemos como en la Unión Europea la crisis del coronavirus incrementa el gasto público. No nos importa ahora si los países disponen de más o menos margen para realizar esa política. La primera consecuencia es que el precio del dinero en la Unión Europea seguirá en los niveles actuales, incluso podría tardar un tiempo en salir del negativo. Un aumento rápido del precio del dinero implicará que los estados deberían pagar más por la deuda y, con ésta incrementándose, no cabe duda de que buscarán que el precio del dinero se encuentre en niveles mínimos siempre que la inflación lo permita. El bono alemán a diez años se encuentra a -0,43 y la inflación en la UE marca un 0,4, según los datos de finales de agosto en Eurostat. Por lo que todo apunta a que los tipos de interés permanecerán bajos durante una temporada.
Una de las derivadas de esta situación es que los mecanismos tradicionales de ahorro desaparecen. Comprar deuda pública alemana a diez años significa que vas a perder dinero, salvo que descuentes un escenario tan malo que te compensa perder el 0,43 para preservar el resto.
En esta situación, la inversión en bolsa parece una opción cada vez más interesante para los pequeños inversores. La aplicación de la sociedad de la información a los mercados financieros ha facilitado la sencillez de operar de una manera inimaginable. Y en todos los mercados: de acciones a materias primas, de futuros a productos más complejos.
A ello le sumamos que algunos mercados concretos viven momentos históricos, como sucede el oro, un valor refugio que, empujado por el actual escenario, cotiza en sus mejores momentos históricos. La caída registrada el pasado mes de marzo también ofrece numerosas posibilidades en el mercado.
Sin duda, es un buen momento para acercarse a la bolsa, a operar, a ejercer de lo que se llama trader.
Pero existen más razones. Operar en bolsa no sólo es una oportunidad para lograr un rendimiento a tus ahorros más allá de lo que ofrecen las entidades financieras, que va poco más allá del cero.
Con todos los riesgos que implica simplificar, a los mercados te puedes acercar de dos maneras: dispuesto a perder el dinero o con intención de ganarlo. Lo primero es sencillo, lo segundo lleva algo más de tiempo. Para perder el dinero no debes más que comenzar a operar, pensar que estás en un casino, apostar en vez de invertir y guiarte por los que te anuncian rentabilidades del 12% y que luego no aparecen cuando compruebas que antes de esos dos dígitos aparece un negativo.
Para lograr rendimientos positivos, debes analizar y reflexionar; hay que formarse, pensar y reflexionar, conocerse uno y saber sus límites. Es un proceso, un camino donde nunca te detendrás, siempre que mantengas tu interés por los mercados. Y, en un momento dado, verás que no sólo te interesa si las cotizaciones suben o bajan; descubrirás que tu filosofía de trader influye en tu vida, aplicarás análisis de costes a otras decisiones. Rentabilizarás tus conocimientos de una manera que nunca antes habías pensado. Ser trader es también una manera de vivir.
Y nosotros, en Asturtrading, estamos dispuestos a ayudarte a conseguirla. Nuestros cursos y seminarios, nuestros servicios se han diseñado a partir de nuestra experiencia con el objetivo de que elabores una operativa que te permita navegar con éxito, que descubras todas las posibilidades que ofrece el mundo del trading, en los mercados financieros.