El color del dinero
En 1986, Paul Newman ganaba el único Óscar de su carrera por su papel en El color del dinero, aunque habrá quien diga que era el segundo porque el año antes había recibido uno honorífico por el conjunto de su trayectoria. La película no tiene nada que ver con el mundo bursátil. Narra las peripecias del universo del billar en Estados Unidos, donde se juntan los jugadores semi-profesionales y los ganchos para engañar a los incautos. Si no la habéis visto, vale la pena dedicarle un rato.
Yo me acordé de ella hace unos días, cuando me planteé la posibilidad de escribir sobre la gestión del riesgo monetario. Es un asunto muy importante para cualquier trader.
En la película no es tan importante el juego en sí, la destreza en el billar, como lo que rodea al juego, el entorno, la escenificación que favorece el engaño. Fue inevitable que pensase en el trading, donde el hecho en sí de operar (optamos por un determinado activo) es importante , pero nuestro entorno, conocer los riesgos que asumimos resultan igual de influyentes en el resultado final.
De hecho, buena parte del método de Javier Martínez se dedica a la gestión del riesgo. Su método para el control operativo es una buena estrategia para proteger el capital que, en buena medida, bebe de diferentes métodos existentes y los perfecciona. De ahí su éxito. Los participantes en el curso de índices que comienza el próximo lunes, 28 de septiembre, lo confirmarán.
En cualquier operativa, siempre tratamos de preservar nuestro capital, asegurar los beneficios, frenar las pérdidas. Existen instrumentos como los stop loss que son fundamentales, pero necesitamos más recursos para mejorar nuestra gestión del riesgo monetario.
Lo cierto es que no existe ningún método infalible. Todos son susceptibles de fallar. En los mercados invertimos teniendo en cuenta la evolución futura de nuestros activos. Y eso nunca lo sabremos con exactitud. Podemos hacer estimaciones, pero siempre existirá un riesgo.
Es inevitable y, por eso, son muchos los estudiosos que han ideado diferentes herramientas para medir el riesgo y proteger mejor nuestro capital. Algunos traders emplean técnicas de cobertura y que, de forma sencilla, plantean estrategias contrapuestas para preservar el capital. Si, por ejemplo, la inversión principal se centra en activos al contado a largo, la cobertura vendría operando en cortos en el mercado de futuros. Nuevamente, nos encontramos dificultades como es la necesidad de manejar perfectamente mercados diferentes, además de dividir nuestro capital en dos operaciones distintas.
Pero, además, de la protección en sí del capital, en nuestra operativa aparece otro riesgo: cuando empleamos moneda extranjera. En la actualidad el euro nos facilita llegar a diferentes mercados sin riesgos de cambio, pero si invertimos en materias primas o en Estados Unidos tenemos que operar en dólares. ¿Qué hacemos en esa situación, ante lo que se llama efecto divisa?
Podemos protegernos con diferentes métodos. Uno de ellos es no invertir directamente en ese mercado. Es decir, en vez de invertir en oro o en acciones USA directamente, operar con instrumentos donde nosotros operamos en euros: fondos de inversión, pero también en instrumentos complejos ETF o CFD, que, a pesar de su riesgo, nos permiten operar directamente en euros. Recordar que esto no es una recomendación de inversión, se cita a modo de ejemplo y se alude a instrumentos como CFD que pueden provocar pérdidas. Otra vía para conjugar ese riesgo nace en nuestro plan de trading. Al evaluar nuestras posibilidades debemos tener en cuenta la existencia del cambio de moneda y actuar en consecuencia, incluso tener la previsión de que en un momento deberemos cambiar a euros. Si establecemos una estrategia adecuada lograremos que esa fase represente una pequeña ganancia de capital. Pero, sobre todo, nos ayudará a proteger nuestro capital